En una hora las calles se cubrieron de nieve, haciendo difícil el paso por ellas, tanto a pie como en coche. El incesante paso de vehículos todo terrero y tractores mantenían las calles principales un poco más transitables.
Antes de las cinco intenté volver a Granada y pasado el puente de la Torrecilla tuve que darme la vuelta porque el coche se descontrolaba a causa del espesor de la nieve. La temperatura que registraba el termómetro del coche estaba entre uno y dos grados bajo cero.
Más tarde supe que la A44 se encontraba libre de nieve, gracias a las máquinas que estaban limpando constantemente.


A 40 km por hora llegué hasta la Venta de la Nava y desde aquí aunque había mucho tráfico era fluído. No así hacia Jaén, que se registraban colas desde el emplame de Iznalloz hasta el cruce con Calicasas.
Lo que si he podido es hacer unas fotos del pueblo con todo el esplendor de la nieve.