Con esta misma fecha he recibido el siguiente correo electrónico:
Estimado Enrique, te mando el escrito que ha hecho Federico Guerrero dedicado a tu pueblo, es una primicia y te la mando a ti el primero que sé que te gustará, la ha hecho Federico Guerrero convaleciente desde un hospital, ya que ha recibido un transplante de riñon en estos días y ha tenido alguna complicación de los hospitales, los dichosos virus de hospital. Como sabía que en el próximo número estaba dedicado a Benalúa de las Villas y lo conocía un poco le ha dedicado este bello escrito, hazle llegar a tu alcaldesa este escrito que espero que os guste a todo el pueblo. José Miguel Baena
Verdaderamente me ha encantado y además el mérito que Don Federico Guerrero convaleciente de un trasplante de riñón, se haya acordado de nuestro pueblo.
Desde mi blog le deseo una pronta recuperación y espero que una vez recuperado nos visite, será un honor compartir una visita con él.
Este es el documento:
BENALÚA DE LAS VILLAS
Quizá la mejor denominación de pueblo sea la de un asentamiento poblacional consustanciado a una tierra que lo habita, lo constituye y le da la identidad colectiva que lo desemboca en su gentilicio.
Encendido por ese sol serrano que cada mañana la vivifica, transcurre sosegada y apacible, a la vez que fértil y lozana, la vida en Benalúa de las Villas, esta hermosa localidad de los Montes Orientales granadinos. Cada rincón de este tranquilo pueblo es un remanso de encalada almohada donde reposa la luz y cada árbol, cada olivo y cada frontispicio de sus tejados, una percha donde colgar la sombra.
Son sus calles y sus aceras, ascuas del estío, y níveo e inclinado estanque donde carameliza el invierno. A la par que colorida y risueña explosión de júbilo cada mañana a las 12, a la salida del colegio, cuando el chiquillerío inunda sus calles como puñados de agua que se nos escapa de las manos, salpicando aceras y plazas, y ramificando como un incontaminado manantial, parejo con la nieve.
Benalúa de las Villas: verde horizonte de olivo y esparto, azul entoldado y siglos de suelo. Cada pájaro una estrella de vuelo fugaz que rubrica el espacio, esa explanada de luz donde habitan las palabras que escribieron los poetas para describir la armonía. Todo tu sucedes ante ese inmenso tapial de su sierra, como posando para una foto.
También cada surco sin espiga un dolor de suelo, unos terrones de piedra que amortajan la vida.
Pueblo obrero y noble, trabajador de ese óleo milenario que nos llegara de la Imperial Roma, y latente rescoldo aún de su cultura y de su sabiduría.
Calendario de los siglos las cortezas de esos olivos en que el tiempo fue asentando su transcurrir, desde donde su enraizada altivez observaron como pasaban los hombres.
Más grandes son los pueblos que no pretenden hacer Historia. Su sencillez es su grandeza, y su historia, de la humanidad.
Me gustaría vivirla. Ser de vosotros.
Un cordial y afectuoso saludo a la Sra. Alcaldesa, a su corporación municipal y a todos los vecinos de ese bellísimo pueblo granadino.
Federico Guerrero
Encendido por ese sol serrano que cada mañana la vivifica, transcurre sosegada y apacible, a la vez que fértil y lozana, la vida en Benalúa de las Villas, esta hermosa localidad de los Montes Orientales granadinos. Cada rincón de este tranquilo pueblo es un remanso de encalada almohada donde reposa la luz y cada árbol, cada olivo y cada frontispicio de sus tejados, una percha donde colgar la sombra.
Son sus calles y sus aceras, ascuas del estío, y níveo e inclinado estanque donde carameliza el invierno. A la par que colorida y risueña explosión de júbilo cada mañana a las 12, a la salida del colegio, cuando el chiquillerío inunda sus calles como puñados de agua que se nos escapa de las manos, salpicando aceras y plazas, y ramificando como un incontaminado manantial, parejo con la nieve.
Benalúa de las Villas: verde horizonte de olivo y esparto, azul entoldado y siglos de suelo. Cada pájaro una estrella de vuelo fugaz que rubrica el espacio, esa explanada de luz donde habitan las palabras que escribieron los poetas para describir la armonía. Todo tu sucedes ante ese inmenso tapial de su sierra, como posando para una foto.
También cada surco sin espiga un dolor de suelo, unos terrones de piedra que amortajan la vida.
Pueblo obrero y noble, trabajador de ese óleo milenario que nos llegara de la Imperial Roma, y latente rescoldo aún de su cultura y de su sabiduría.
Calendario de los siglos las cortezas de esos olivos en que el tiempo fue asentando su transcurrir, desde donde su enraizada altivez observaron como pasaban los hombres.
Más grandes son los pueblos que no pretenden hacer Historia. Su sencillez es su grandeza, y su historia, de la humanidad.
Me gustaría vivirla. Ser de vosotros.
Un cordial y afectuoso saludo a la Sra. Alcaldesa, a su corporación municipal y a todos los vecinos de ese bellísimo pueblo granadino.
Federico Guerrero
No hay comentarios:
Publicar un comentario